Mi nombre es Beatriz, y así quise que me llamaran siempre hasta hace unos 5 años, cuando comprendí que la ejecutiva exigente, protocolaria y perfeccionista, se estaba convirtiendo en Bea, más cercana, tierna y espontánea, que se conmovía cuando notaba que alguien a su alrededor crecía. ¡Qué descanso, oye!
Así que cuando escucho aquello de que “las personas no cambian”… Mmmm… Hay muchos comportamientos que, si se quiere, se pueden cambiar, mientras te acercas más a quien tú realmente eres y subes la probabilidad de obtener los resultados deseados.
Y esa es una clave importante de lo que yo hago: ¿Quieres cambiar? ¿Tu comportamiento sigue siendo eficiente para conseguir lo que realmente quieres?